El siguiente artículo lo pueden encontrar en Project Syndicate y en Social Europe.
Breve reseña: Yanis Varoufakis es Doctor en Economía por la Universidad de Essex. Es especialista en Economía Matemática y Estadística. Saltó a la fama por las negocaciones acaloradas con los representantes del Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, por sus planes de rescate y austeridad que querían imponer a Grecia.
Actualmente ha fundado el movimiento político llamado Diem25, MeRA35 y La internacional Progresista junto con Noam Chomsky.
Breve reseña: Yanis Varoufakis es Doctor en Economía por la Universidad de Essex. Es especialista en Economía Matemática y Estadística. Saltó a la fama por las negocaciones acaloradas con los representantes del Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, por sus planes de rescate y austeridad que querían imponer a Grecia.
Actualmente ha fundado el movimiento político llamado Diem25, MeRA35 y La internacional Progresista junto con Noam Chomsky.
El capitalismo occidental le quedan pocas vacas sagradas. Es tiempo de cuestionar una de ellas: La independencia de los bancos centrales de los gobiernos elegidos.
La razón de confiar completamente la política monetaria a los bancos centrales es bien entendida: los políticos durante los ciclos electorales son tentados de generar más dinero, amenazando la estabilidad económica. Mientras que los progresistas siempre protestan que los bancos centrales nunca pueden ser verdaderamente independientes, porque la autonomía de los funcionarios electos incrementa su dependencia de los financiadores que deben mantener bajo control, el argumento a favor de remover la política monetaria de los poderes políticos ha prevalecido desde los años 70.
Poniendo a un lado la controversia política, la independencia del banco central está predicada por un axioma económico: que la moneda y deuda( o crédito) son estrictamente separables. La deuda - por ejemplo, un bono de gobierno o corporativo que puede ser comprado y vendido por un precio que a su vez es una función de la inflación y del riesgo de impago(default risk)- puede ser comercializado internamente. El dinero, por otro lado, no puede incumplir y que es un medio de intercambio, más que un objeto ( a pesar del mercado de divisas).
Pero este axioma ya no se sostiene. Con el aumento de la financiarización, los bancos comerciales se han vuelto más dependientes entre sí para para préstamos a corto plazo, en su mayoría respaldado por bonos del gobierno para financiar sus operaciones diarias. Esta liquidez adquiere propiedades familiares: Se utilizan como medios de cambio y como depósito de valor, se convierten en un tipo de dinero.
Y aquí hay un problema: a medida que los bancos emiten más dinero interbancario, el sistema financiero requiere más bonos del gobierno para respaldar el incremento. La creciente oferta de dinero interbancario, alienta la demanda de deuda del gobierno. En un ciclo sin fin, que genera mareas de liquidez sobre los cuales el banco central tiene poco control.
En este desafiante y nuevo mundo financiero, la independencia de los bancos centrales es un sin sentido, porque el dinero que crean representa una proporción cada vez menor de la oferta monetaria total. Con el aumento del dinero interbancario, respaldado principalmente por deuda del gobierno, la política fiscal se ha convertido en un factor esencial para determinar la cantidad de dinero real que lubrica el capitalismo moderno.
Por supuesto, cualquier intento de poner en un mismo techo el banco central y el Tesoro(Hacienda), expondría a los políticos de poner sus manos sucias en las palancas de la política monetaria. Pero hay otra respuesta disponible para la nueva realidad: deje a los bancos centrales solos, pero otorgue a los gobiernos una mayor participación en la creación de dinero nacional y , de hecho una mayor independencia del banco central, mediante el establecimiento de un sistema de pagos paralelos basado en dinero fiscal o, más precisamente, dinero respaldado por futuros impuestos.
¿Cómo funcionaría el dinero fiscal? Para empezar, "viviría" en la plataforma digital de la autoridad tributaria, utilizando los números de archivo de impuestos existentes de individuos y compañías. Cualquier persona con un número de archivo de impuestos (TFN Tax File Number) en algún país recibe una cuenta gratuita vinculada a TFN. Las personas y empresas podrán luego agregar crédito a su cuenta vinculada a TFN mediante la transferencia de dinero desde su cuenta bancaria normal, de la misma manera que lo hacen hoy para pagar impuestos. Y lo harán con bastante anticipación al pago de impuestos, porque el Estado garantiza la extinción, digamos, un año de € 1,080(€ 1289) transferidos hoy- con una tasa de interés efectiva del 8% pagaría los impuestos de antemano, para los que lo pagarán un año antes.
En la práctica, una vez, digamos, se transfirieron € 1,000 a la propia cuenta vinculada a la TFN, se emite un número de identificación personal (el PIN familiar), que puede utilizarse para transferir el crédito de € 1,000 euros a la cuenta vinculada de TFN de otra persona o para pagar impuestos en el futuro. Estos euros de impuestos futuros, con sello de tiempo, o euros fiscales, se pueden mantener durante un año hasta el vencimiento o se pueden utilizar para realizar pagos a otros contribuyentes. Las aplicaciones para teléfonos inteligentes e incluso las tarjetas emitidas por el gobierno ( duplicando como, por ejemplo, la identificación de seguridad social) harán que las transacciones sean fáciles, rápidas y prácticamente indistinguibles de otras transacciones relacionadas con el dinero del banco central.
En este sistema de pagos cerrados, a medida que el dinero fiscal se acerque a la madurez, los contribuyentes que no están en posesión del dinero fiscal, alimentarán la demanda de la misma. Para garantizar la viabilidad del sistema, el Tesoro controlaría la oferta total del dinero fiscal, utilizando la Tasa de interés efectiva para garantizar que el valor nominal de la oferta nunca exceda un porcentaje del ingreso nacional, o de los impuestos agregados, acordados por la legislatura. Para garantizar la transparencia total y, por lo tanto, la confianza, un algoritmo en cadena de bloques(Blockchain), diseñado y supervisado por una autoridad nacional independiente, podría liquidar transacciones en dinero fiscal.
Las ventajas del dinero fiscal son innumerables. Proporcionaría una fuente de liquidez para los gobiernos, evitando los mercados de bonos. Limitaría el endeudamiento del gobierno debido a la creación de dinero interbancario, o al menos, obligaría a los financieros a amarrar parte de su dinero interbancario en el sistema cerrado de dinero fiscal, minimizando así una repentina fuga de capitales. Y, al competir con el sistema de pago de los bancos , reduciría el costo de las tarifas que los clientes pagan actualmente.
De hecho, debido a la tecnología blockchain , el dinero fiscal constituye un sistema de pago público totalmente transparente y sin costo de transacción, controlado conjuntamente por todos los ciudadanos( y no ciudadanos) que participan en él.
El dinero fiscal también es políticamente atractivo. Los gobiernos podrían utilizar cualquier margen en la oferta monetaria para recargar las cuentas de familias necesitadas vinculadas a la TFN o para pagar obras públicas, lo que lo hace atractivo para los progresistas. Y los conservadores deberán adoptarlo, por un sistema que promete un alivio significativo para los que ayudan al gobierno a crear dinero fiscal, sin afectar el papel del banco central en el establecimiento de las tasas de interés.
Las potenciales ventajas transnacionales del dinero fiscal son significativas. Por ejemplo, el dinero fiscal habría ayudado a Grecia a resistir las invasiones de nuestros acreedores en 2015, y fue el núcleo de mi plan para enfrentar el feriado bancario abusivo impuesto por el Banco Central Europeo(BCE) a fines de junio. Hoy, le daría a Italia, Francia y otros miembros de la eurozona el espacio fiscal que tanto necesitan, y posiblemente proporcionaría una base para una eurozona renovada con euros fiscales nacionales interconectados, más allá de monedas paralelas que juegan un papel macroeconómico estabilizador. Y entonces, quizás, podría convertirse en la base de un Nuevo Bretton Woods, que funcionaría como una unión de compensación global de muchos sistemas de dinero fiscal diferentes.
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